En esta primera entrada me gustaría centrarme en la economía de Corea del Sur, un país asiático que ha conseguido un rápido crecimiento económico, tras haber salido de una guerra que lo dejó en unas condiciones devastadoras. A mediados del siglo pasado era uno de los países más pobres del mundo, ya que las estrategias económicas desde 1900 hasta 1945 se caracterizaron por la exportación de productos primarios, como materiales crudos o alimentos, agricultura, artesanías y una fabricación limitada. Para entonces, con una baja población y 98.000 kilómetros cuadrados de superficie, Corea poseía una pequeña base industrial.
Consecuencia de conflictos internos entre los dos líderes del país por apoyar el capitalismo y el comunismo surgió la guerra de Corea en 1950. Al término de la guerra en 1953, las consecuencias fueron evidentes, la península terminó dividida en dos países que se mostraban hundidos en la pobreza. Corea del Sur perdió acceso a la mayoría de los recursos naturales que se encontraban en el norte de la península. Incluso para 1960, cuando Corea comenzó su impulso de desarrollo económico, mantenía un PNB de apenas $800 dólares.
Esta situación cambia en la década de 1970, cuando el presidente (dictador) Park Chung-hee, desarrolló un modelo económico basado en la industrialización y la potenciación de creación de empresas y conglomerados de empresas denominado Chaebol, que comenzaron a tener una importancia tan grande en la economía del país que terminó asentándose la economía de Corea del Sur en estos conglomerados, en los cuales había también una inyección importante de capital por parte de Estados Unidos.
La economía surcoreana empezó a crecer de forma imparable hasta nuestros días. Algunos de esos conglomerados denominados Chaebol, siguen existiendo hoy o al menos quedan restos de ellos, estos incluyen las multinacionales como Samsung, LG y Hyundai-Kia,con grandes beneficios económicos y principalmente responsables del crecimiento del PIB y demás aspectos de la economía surcoreana.
En la década de 1960 muchos de los países menos desarrollados y Corea del Sur se encontraban en el mismo nivel en términos del ingreso nacional. Sin embargo, Corea del Sur y la mayoría de estos países han mostrado desde entonces diferentes caminos de crecimiento. En la actualidad parece haber un consenso general por cuanto un mal gobierno funciona como un serio obstáculo para el crecimiento económico. Por lo tanto, repensar la experiencia de Corea desde la perspectiva de la corrupción y el desarrollo podría ser útil para los países menos desarrollados. Corea fue altamente corrupto y políticamente no democrática durante la mayor parte de su proceso de desarrollo temprano. Sin embargo, había un sistema de partidos plural, algo que permitió una cierta competencia por el poder, y la competencia se convirtió en un factor continente de la corrupción. Por otra parte, muchos de los países menos desarrollados han mantenido un sistema de partido único.
La libertad de expresión y de prensa, aunque muy reprimida, una burocracia relativamente fuerte y autónoma, y la educación universal, también contribuyeron a la lucha contra la corrupción. Por lo tanto, Corea del Sur podía lograr mejores resultados económicos porque la corrupción estaba contenida, especialmente en el nivel superior, debido a la democracia que si bien era limitado, era menos limitado que en la mayoría de los países menos desarrollados. Además, los cambios democráticos del gobierno ayudaron a disminuir los regímenes de corrupción de los gobernantes o sus principales colaboradores. Así, la experiencia de Corea del Sur implica que la libertad política y un sistema transparente de reclutamiento que asegure una burocracia autónoma y competente podría ayudar a los países menos desarrollados para aprovechar su potencial.
La verdadera enseñanza de los logros coreanos no es la función del gobierno en el desarrollo económico, sino del hecho de que fue capaz de construir la capacidad de las empresas y con ello, un crecimiento sostenido durante varias décadas. La historia del éxito ha atraído mucho interés por parte de los países menos desarrollados, pero pocos canales para aprender sobre la experiencia de desarrollo económico de Corea se han ofrecido de manera sistemática y efectiva por el gobierno coreano y las instituciones. La posibilidad de transferir la experiencia de Corea a otros países necesita un estudio más profundo y una atención especial de parte de las autoridades e instituciones coreanas.
Por último, termino concluyendo que cuando hablamos del desarrollo económico, social o cultural de Corea del Sur, no debemos olvidarnos de que este proceso no ha sido un hecho aislado en el continente asiático, ya que son conocidos como "Los Tigres de Asia" aquellos países que, recientemente, se han desarrollado vertiginosamente en campos como la industria, el comercio, la administración, etc. Estos países no solamente han demostrado un gran crecimiento en calidad y cantidad de sus productos a nivel nacional, sino que han alcanzado mercados libres a nivel del mundo entero. Sus productos, a precios bajos pero generalmente con una buena calidad se exportan a todos los continentes del orbe. Estos países son: Singapur, Hong Kong, Taiwán y Corea, entre los principales. Gracias a políticas económicas, administrativas y gubernamentales estos países han cambiado paradigmas mundiales, en razón de que han llegado a casi todos los confines del orbe con sus productos, basados en un proceso industrial a menor costo para el público y con calidad, dentro de un contexto de productividad.
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